Cuando hace un tiempo descubrí que las pintura y calcas de mi CX500 Turbo, que había construido en la década del 80, se habían puesto amarillas al extremo de volver el modelo impresentable. Decidí reconstruirlo, tarea que fue mas difícil que armar una nueva, pero mas divertida.
Decidí "personalizar" el color pintando la carrocería en un color metálico oscuro, lo cual realicé con esmalte X10 de Tamiya (gun metal), mezclado con negro, con generosas capas de barniz siguiendo mi técnica de pintura "en fresco".
El motor fue pintado con una mezcla de X11 (plata) y XF56 gris metálico, hasta obtener el color tan particular de los motores de los nuevos modelos de Honda.
Aquí estas fotos para que se animen a "reciclar" sus viejos modelos.
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